
Me detengo a pensar un momento acerca de la velocidad en que trancurre el tiempo, en mi caso es aterrador; el tiempo vuela cuando me divierto, y el tiempo se detiene en el momento que menos quiero. Dios Cronos se ha de estar riendo de mí. Definitivamente el tiempo no está de mi lado. Supongo que para muchos es al revés.
Ha llovido mucho, pero ya me estoy acostumbrando (hasta apenas), ya me vale madres mojarme, aunque si puedo evitarlo, mejor; en Coatepec -Pueblo Mágico- todo tiene solución (mmmmm, ni yo me la creo).
Me resulta gracioso que el blog pretendía ser sobre música y cine, y es lo que menos hago; no porque no haya escuchado o visto películas, no por falta de tiempo, no por incapacidad para escribir, más bien se debe a una enfermedad que padezco desde no sé cuando: la flojera, pereza, holgazanería, desidia, gandulería, haraganería... la weba, pues.
Primero fué verde, luego blanco y ¿finalmente? negro. Ha cambiado de aspecto y de humor. A pesar de todo su objetivo ahí está: tener memoria virtual de un momento dado.
Lo ideal era haber llegado a cien, pero sesenta y siete es bien, me gusta el número.
2 comentarios:
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