lunes, 29 de diciembre de 2008

40 años de... Beggars Banquet


“Los Stones han sacado su álbum más crudo, lúdico, arrogante y salvaje. Y es precioso” (Carl G. Bernstein, Chicago Sun Times, 1968)



La primera obra maestra de sus Satánicas Majestades. Si bien muchos consideran “Aftermath” como su primer clásico, a mi punto de vista es “Beggars Banquet” el disco que inicia el periodo más prolífico de los Rolling Stones. Salido después de una etapa poco afortunada, este “Banquete de Mendigos” marca el regreso a las raíces básicas del grupo. El regreso no pudo ser mejor.

Hay que recordar que el grupo venía de una crisis artística y personal. En 1967 fueron acusados de posesión de drogas y tuvieron que enfrentar varios juicios, estando más tiempo en los juzgados que en el estudio de grabación. Mick Jagger y Keith Richards eran los más acosados por la policía, prensa y público, mermando la capacidad creativa de la dupla. Este oscuro periodo se reflejó en su trabajo artístico, ya que la calidad de sus discos no estuvo a la altura de lo esperado.


A finales de 1967 editaron el álbum “Their Satanic Majesties Request” el cual recibió críticas desfavorables debido a su similitud con el “Sgt. Peper’s”. Obviamente salieron mal parados ante la monumental obra de los de Liverpool, ya que si en uno era luz, con arreglos únicos y melodías extraordinarias, en el otro era sombra, con producción aparatosa y arreglos innecesarios. Un disco no muy bueno, cuya importancia reside en mostrar el periodo psicodélico del grupo.

Para preparar un regreso digno, alejado de la psicodelia o el pop, se contrató al productor Jimmy Miller para lanzar la nueva canción de la mancuerna Jagger/Richards. Lanzada al mundo en marzo de 1968, Jumpin’ Jack Flash fue el sencillo que trajo de vuelta a los primeros planos a los Rolling Stones. Se trata de uno de los temas más grandes que hayan producido, en donde se puede escuchar en todo su esplendor el sonido Stoniano. Sumado a la calidad musical, la importancia histórica de la canción es indiscutible (para algunos la mejor grabación del grupo).


Con la chispa encendida de nuevo, las grabaciones de su siguiente álbum comenzaron en febrero y se prolongaron hasta julio. El sonido era una combinación de country-blues y rock puro, estilos que acompañarían al quinteto en discos posteriores. Se pensó en lanzarse a mediados de septiembre, pero tuvo que demorarse debido a un problema con la portada que el grupo había elegido: se trataba de una fotografía de un baño público todo rayoneado y sucio (bueno, al menos contaba con un rollo de papel sanitario), con varios grafitos, provocando que la disquera se opusiera rotundamente y la cambiara por una más formal (un término totalmente ajeno al grupo), a manera de invitación, una decisión muy desacertada, debido a que unos días antes salió el “Álbum Blanco” de los 4 fabulosos, y de nueva cuenta la similitud entre las tapas conllevó a pensar en que los Stones insistían en imitar a los de Liverpool. Sin embargo las semejanzas hasta ahí llegaban.


El aspecto musical se encargó de mostrar el período esplendoroso por el que atravesaba el grupo. Ya desde el “track” 1 podemos percibir algo diferente al escuchar una percusión a ritmo de samba, como si de repente estuviéramos en la jungla. Estamos sin duda ante uno de los mejores inicios en la historia del Rock (otro que tengo en mente es “Gimme Shelter”, del “Let It Bleed”), “Sympathy for the Devil, la canción de apertura de Beggars Banquet, es todo un clásico debido al peculiar ambiente que posee y que nos hace sentir, al estilo de una ceremonia vudú o un rito satánico. La polémica letra (inspirada en la novela “El maestro y Margarita” del escritor ruso Mijaíl Bulgákov) encaja a la perfección con la música que va in crescendo, desde las percusiones iniciales al que se le añade el poderoso bajo (interpretado magistralmente por Richards), seguido por un piano (de Nicky Hopkins) hasta alcanzar el clímax con el solo de guitarra y los distintivos “whoo whoo, whoo whoo” en un performance memorable. Si debo escoger la mejor canción del álbum (y tal vez de toda la discografía Stone), yo me inclinaría por “Sympathy for the Devil”.

Sin embargo el resto del material es igual de notable. “No Expectations” es una canción Balada-Blues que alcanza grandes alturas melancólicas debido al piano de Hopkins y sobre todo a la Guitarra Slide de Brian Jones (seguramente la última gran aportación del malogrado músico a un álbum del grupo), siendo otro momento sublime de Beggars Banquet. El Country y el Blues se hacen presentes en los que tal vez sean los temas menos notables (aunque jamás malos) “Dear Doctor” y “Parachute Woman”. Por su parte la infravalorada “Jigsaw Puzzle” es otro punto alto, cuya estructura musical va aumentando conforme avanzan los minutos; se trata de un número raro de rock-pop psicodélico, con una letra a la Bob Dylan.


El Rock puro entra de lleno con la subversiva “Street Fighting Man”, la cual había sido lanzada previamente como sencillo provocando con ello un gran escándalo, puesto que incitaba a la violencia, siendo vetada en muchas estaciones de radio; musicalmente es destacable la potencia acústica de la guitarras de Richards (el único instrumento eléctrico en el tema es el bajo). La otra rockera es “Stray Cat Blues” con unas guitarras poderosas (poderoso piano incluido) y una incómoda letra, de hecho lo más pesado es el contenido lírico, que narra el tener sexo con jovencitas de 15 años. Así o más sexualmente explícita.

El Country-Blues está de vuelta con “Prodigal Son” (el único tema ajeno) y “Factory Girl” ambos temas breves, con arreglos en apariencia sencillos, pero que de inmediato nos remiten en ambientes campiranos. El disco cierra con una gran composición, un supuesto himno dedicado a la clase trabajadora: “Salt of the Earth”, cuya primera parte es cantada por Keith Richards al que luego se le une Jagger y más adelante un coro de Gospel, agarrando potencia con el correr de la canción. Un buen tema para despedir el disco.


La fórmula musical de Beggars Banquet hizo que The Rolling Stones se convirtieran en la agrupación más peligrosa y a la vez una de las más inspiradoras. El disco salió el 6 de diciembre en el Reino Unido y el 7 de diciembre en EU. Aunque no llegó al primer lugar (el White Álbum salió 15 días antes), tuvo gran aceptación de público y críticas. A destacar también que se trata del último disco en el que participó Brian Jones, ciertas discrepancias (principalmente con Jagger y Richards) lo obligarían a abandonar la agrupación; poco tiempo después moriría. De cualquier modo Beggars Banquet sería el primero de una trilogía (¿o cuarteto?) de álbumes indispensables no solo de la agrupación británica sino de la historia del Rock todo.


“Los Stones han vuelto y traído con ellos el rock’n’roll” (Rolling Stone, 1968)


“…la surtida lista de temas llevados a la música incluye a la Biblia, Satán, los disturbios callejeros y, por supuesto, el sexo. Lo considero el mejor disco de los Stones hasta la fecha.” (Sunday Mirror, 1968).




Beggars Banquet
  1. "Sympathy for the Devil" (M. Jagger/K. Richards) - 6:27
  2. "No Expectations" (M. Jagger/K. Richards) - 4:02
  3. "Dear Doctor" (M. Jagger/K. Richards) - 3:26
  4. "Parachute Woman" (M. Jagger/K. Richards) - 2:23
  5. "Jigsaw Puzzle" (M. Jagger/K. Richards) - 6:17
  6. "Street Fighting Man" (M. Jagger/K. Richards) - 3:18
  7. "Prodigal Son" (R. Wilkins) - 2:55
  8. "Stray Cat Blues" (M. Jagger/K. Richards) - 4:40
  9. "Factory Girl" (M. Jagger/K. Richards) - 2:12
  10. "Salt of the Earth" (M. Jagger/K. Richards) - 4:51

  • Album: Beggars Banquet
  • Autor: The Rolling Stones
  • Año: 1968


No hay comentarios: